10 oct 2013

Evolución histórica de la fitomedicina - Parte IV

LA FITOTERAPIA EN GRECIA:

 Hacia el siglo V a.C. comienza a tomar prestigio en Grecia la figura de  Empédocles de Agrigento quien comienza a difundir la idea de q la vida se basaba en interacción de 4 elementos: tierra, aire, fuego y agua, los que tenían su correspondencia con los 4 humores del cuerpo: bilis amarilla, bilis negra, sangre y flema. A tal efecto, prescribía alimentos y plantas relacionadas con dicha teoría. 
 De las obras médico-botánicas escritas en Grecia se considera la más antigua perteneciente a Teofrasto (nacido en la isla de Lesbos en el año 372 a.C. y muerto en el año 287 a.C.) quien en su libro Historia de las Plantas (dividida en nueve volúmenes) hace mención de 455 plantas, aunque en su mayoría son de confusa interpretación. Teofrasto fue discípulo predilecto de Aristóteles (384-322 a.C.) quien, poco antes de morir, lo designó su sucesor y le encomendó el cuidado de su jardín botánico. Además de Historia de las Plantas realizó otra obra en seis volúmenes titulada Las causas de as plantas. 
 Cabe señalar que esta etapa de la historia estaba embuída de concepciones mágico-religiosas que dieron origen a la mitología griega. Entre los dioses que  se dedicaron al arte de curar figura Esculapio, hijo de Apolo. Tan grande fue su fama en el arte de curar que había barrido con todo vestigio de enfermedad y muerte sobre la tierra. A tal punto llegó la situación que Plutón (el rey de los mundos inferiores) se quejó ante Zeus del "poco alimento de nuevas almas que llegaban al territorio de las sombras". Fue así que Zeus, con el poder de un rayo, fulminó para siempre a Esculapio.
 A partir de ese relato, muchos templos se esculpieron en Grecia en honor a Esculapio, denominados asklepieia (donde se busca consuelo). Cada peregrino que llegaba al templo debía dejar una ofrenda, tomar un baño purificador y participar de una ceremonia de rogativas al dios. El culto a Esculapio continuó hasta fines de siglo V a. C., cuando aparece en escena Hipócrates.
 Otra anécdota de interés en la mitología griega la constituyó Ceres, la diosa del cereal. El Olimpo, para ese entonces, constituía el refugio de los dioses. Cuando Ceres se apartaba del Olimpo (por enemistad con Neptuno) originaba la pérdida de las cosechas. Era común en la antigüedad atribuirle propiedades a los alimentos. Por ejemplo, el cereal permitía mantener saludable el organismo; en cambio; las habas no eran buen alimento ya que "contrariaban el espíritu".
 Para Aristóteles, las habas hacían perder la castidad, mientras q Pitágoras prohibió a sus seguidores su consumo. Se creía asimismo que las habas al igual que las arvejas traían aparejado desórdenes emocionales (por la forma desordenada y desmedida en que crecen sus brotes). Asimismo, tenían fama de afrodisíacas, creencia que perduró durante muchos siglos siguientes, al punto que en el año 1750 el obispo de Niza prohibió que se las sirviera en los conventos de su diócesis, por considerar que tenían "efectos libidinosos".
 Indudablemente, existía un concepto sobrenatural o mágico respecto a ciertas plantas, muchas de las cuales eran consideradas como sagradas y , por ende, consagradas a los diferentes dioses.

 Por ejemplo el álamo era consagrado a Hércules; el boj y el manzano a Ceres; el ciclamen  a Apolo, el ciprés y el culantrillo a Plutón, la consuelda a Juno, el mirto a Afrodita, la morera a Mercurio, etc. También eran consideradas sagradas el avellano común, el muérdago y el loto.

 La obra de  Hipócrates (460? a 370? a.C.) se considera como la más clara y completa de la antigüedad ya que no hace referencia sólo a plantas medicinales, sino que fija las bases de la ciencia médica en su totalidad, al punto de ser reconocido como "el Padre de la Medicina". No sólo hizo hincapié en el tratamiento con plantas medicinales, sino que consideró a la alimentación, el masaje, la hidroterapia y el reposo como baluartes terapéuticos de primer orden. Hipócrates tuvo la suerte de viajar mucho en esa época y poder trasladar sus conocimientos a tierras lejanas a la par que lo hacían los navegadores griegos que transmitían su legado (como la creación de la escuela médica de Alejandría). A tal punto fue una celebridad, que el rey persa Artajerjes lo invitó a su país para que ayudase a combatir la peste que estaba diezmando a la población. Pero Hipócrates desestimó la invitación arguyendo que su honor no le permitía prestar servicios a una nación considerada enemiga.
 Adhirió a la teoría de los cuatro elementos y la enriqueció con la relación entre los humores y las estaciones climatológicas. En su repertorio figuraban alrededor de 300 remedios muchos de ellos aún vigentes, tal los casos de brionia, manzanilla, centaura, casia, ajo, canela y romero. Recomendó el uso de la corteza de sauce para calmar los dolores y descender la fiebre (a partir de este hallazgo, 25 siglos más tarde se descubre la salicilina, base de la aspirina que todo el mundo hoy conoce). Una particularidad de la obra de Hipócrates fue la división de los alimentos y hierbas en categorías tales como calientes, fríos, secos y húmedos. 
 A Hipócrates se le deben gran parte de los conocimientos semiológicos y clínicos actuales: facies hipocrática, dedos hipocráticos, sucusión hipocrática, etc. Asimismo propuso la teoría de los cuatro temperamentos: flemático, sanguíneo, melancólico y colérico. 

 - La naturaleza flemática estaba dominada por el frío y la humedad (invierno), le correspondían patologías respiratorias (de ahí flema) y su curación dependía de hierbas cálidas y desecantes como el tomillo y el hisopo.

- El individuo sanguíneo correspondía al ideal: alegre, vital aunque inclinado a los excesos. Empeoraba en primavera. Predominaba en ellos la gota y la diarrea y le correspondían hierbas frías y secas como el lampazo y la escrofularia.

- La personalidad melancólica era fría y seca, predominaba en ella la depresión y la constipación. Empeoraba en otoño. Las hierbas caliente como el sen y el heléboro eran útiles para eliminar el exceso de bilis negra y con ello armonizaba nuevamente el organismo.

- Y finalmente el temperamento colérico era caliente y seco. Empeoraba en verano. Se asociaba a los trastornos nerviosos  y hepáticos (bilis amarilla). Mejoraba con plantas húmedas y frías como el ruibarbo, el diente de león y las violetas. 

 También supo tener algunos errores: creía que los varones se concebían en la parte derecha del útero y las mujeres en el lado izquierdo. Más allá de esto, han quedado para la posteridad algunos de sus aforismos tales como: "Que el alimento sea tu medicamento"; "El arte es largo, la vida breve, la ocasión fugaz, el experimento falaz y el juicio difícil"; "Laxitud y cansancio sin causa, son indicio de enfermedad"; etc.
 Respecto a la vida de Hipócrates, gran parte de ella es aún un a incógnita. Se cree que nació en el seno de una antigua familia sacerdotal de la isla de Cos y que falleció a la edad de sesenta y seis años en la localidad griega de Larissa. 
 Contemporáneo pero menos famoso que Hipócrates fue Cratevas. A él se le debe un importante tratado (del cual lamentablemente no hay ejemplares) en el que se detallan alrededor de 400 plantas medicinales y del cual se asegura que fue plagiado por Dioscórides. El mismo Hipócrates se dice aprendió de él. 
 Ya en la era cristiana, los romanos ocuparon Egipto tras anexionarse con Grecia y los de más territorios del Mediterráneo Oriental. La medicina romana era muy primitiva y tuvo que aprender de los médicos griegos quienes inicialmente habían sido tomados como esclavos. Es en esta etapa que aparece Pedanios Dioscórides quien fuera médico y cirujano durante el imperio de Nerón, año 50 - 75 d. C. (algunos atribuyen haber sido el médico de Antonio y Cleopatra), y a quien se considera como el "fundador de la Materia Médica" siendo su obra la base para los 18 siglos que siguieron a su existencia. Se le atribuye la descripción de 600 plantas correspondientes a Asia Menor, Grecia, Egipto e Italia aunque gran parte se cree que fuera plagio de la obra de Cratevas, Sextus Niger y Plinio. 
 De su obra se destaca entre otras cosas la acción diurética del perejil, la estimulación láctea por el hinojo o la acción expectorante del marrubio blanco mezclado con miel. El ejemplar más antiguo que se conoce de la Materia Médica de Dioscórides se encuentra en Viena, y está escrita en griego con gran cantidad de dibujos ilustrativos (se calcula que es del año 1499). 
 La primer traducción al castellano fue hecha por Antonio de Nebrija en el año 1518, y pocos años más tarde Andrés Laguna  lanza una nueva versión mucho más amplia y completa. Según el historiador Ahumada "después de Dioscórides, la botánica médica dormitó durante largos años". Contemporáneo a Dioscórides merece citarse al enciclopédico Caio Plinio el Viejo quien falleció durante la erupción del volcán Vesubio en el año 79. En la obra de Plinio se describen curiosas descripciones del uso de las hierbas medicinales como así también supersticiones a que daba lugar su manipulación y empleo. Por ejemplo, consideró a Hércules como padrino de varias plantas medicinales y al Centauro Chirón como uno de los iniciadores del arte farmacéutico. 
 La obra cumbre de Plinio se llamó "La Historia Natural"  y consta de 37 volúmenes. Los volúmenes 21 al 28 están dedicados a la Materia Médica, y se destacan entre varias hierbas el olivo y la menta. Para que el lector observe hasta que grado estaba emparentada la ciencia herbaria y la superstición, ha de saber que la palabra que hoy conocemos como "Farmacia" proviene del vocablo griego farmakon que significa en su origen "hierba de hechizar". 

 El concepto de farmacia fue introducido en primera instancia por los romanos para designar un espacio cerrado en el interior de algunas viviendas en donde se procedía a realizar varias tareas: clarificación de vinos, reposo, almacenar manuscritos y otros objetos de valor. Con el correr del tiempo, también comenzaron a almacenarse hierbas medicinales, lo cual permitió cambiar la denominación de farmacia por la de officina medici, es decir, taller de los médicos. Finalmente, las hierbas que con mayor asiduidad integraban esos talleres pasaron a denominarse officinalis.

 El final del período creador de la medicina griega le pertenece a Galeno quien vivió en el siglo II d.C. Nacido en Pérgamo en el seno de una familia acomodada, se formó en esta ciudad y en Alejandría. En Roma permaneció durante tres décadas, hasta poco antes de su muerte en el año 201 d.C. Fue inicialmente médico de los gladiadores y luego pasó a la corte como médico de los emperadores Marco Aurelio, Cómodo y Séptimo Severo. 
 De las casi 400 obras que escribió hoy se conservan 150. Retomó la teoría de los humores de Hipócrates y le agregó importantes trabajos sobre todo en el área de la anatomía y la neurología. Sin embargo, le dio más importancia a la capacidad discursiva de la razón que a la información proporcionada por el paciente. Sus tratamientos se basaban solo en la correción de los humores alterados olvidándose del principio de unidad psicofísica postulado por Hipócrates. 
 En la actualidad, sus teorías sobreviven en la Medicina Unani que se practica en la India y en el mundo musulmán.  A Galeno se le debe el hecho de mezclar diferentes hierbas en un mismo preparado, lo cual motivó el nombre de formulaciones galénicas, las cuales se vendían a un alto costo y se le atribuían propiedades de "curalotodo".
 Resumiendo, a los griegos se les debe de alguna manera, la transición de lo mitológico a lo científico, ya que los primeros pensadores griegos dieron pie al entendimiento del origen del cosmos y su relación con el ser humano. A partir de aquí el hombre comienza a entenderse en función de elementos lógico-pragmáticos y no en base a elementos mágico-religiosos. 

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