29 oct 2013

Evolución histórica de la medicina - Parte VIII

LA FITOTERAPIA EN LA EDAD MODERNA

 

 Con el advenimiento de la Edad Moderna, el avance de a ciencia promovido en principio por Galileo, Bacon, Newton y posteriormente Descartes, determinó que el mejor camino para llegar a un conocimiento efectivo y a la vez riguroso de la naturaleza debía ser llevado a cabo a través del Método Científico. De esta manera surge la era de la metodología la cual se puede definir como "aquella parte de la lógica encargada de estudiar los métodos de manera sistemática y crítica, ya sea los méto
dos empleados en las ciencias como los utilizados en la filosofía".
 Quien inicia los cuestionamientos al conocimiento imperante de la época es Galileo con su teoría de que la Tierra no era el centro del universo. Galileo propone romper con el clásico planteamiento de hacer preguntas reemplazando el porqué por el como (es más importante preguntar "como" caen las cosas que "porqué" caen las cosas).
 En este período de la edad moderna, el inglés Francis Bacon (1561-1626) sentó las bases de la ciencia moderna al aplicar para ella metodologías de investigación. En tal sentido, propuso como primera medida  eliminar todo prejuicio existente al encarar una idea. En segundo término desarrollar una base de trabajo que genere el experimento, y por último, el experimento determinara la experiencia. Así llegó a la conclusión de que sólo el experimento y la experiencia firman la base para el control práctico de la naturaleza.
 Estas bases no estarían completas sin el aporte de las matemáticas, tarea llevada a cabo más tarde por Isaac Newton (1643-1727) quien supo combinar el método inductivo-empírico con el deductivo-matemático. Asimismo, no debe omitirse el aporte de René Descartes (1596-1650) considerado el padre de la filosofía moderna, que incorpora el método deductivo, que incita primero a dudar de todo para luego encontrar las soluciones verdaderas. Así llega a su famosa frase "cogito ergo sum": yo pienso, luego existo.
 Se llega así a sostener que sólo aquello que puede ser explicado con la razón es perfectamente válido. Es la era del positivismo, filosofía sustentada en la base de que sólo el razonamiento, basado en hechos y datos obtenidos en observaciones y experimentos, puede sostener el saber o conocimiento.

 La palabra método surgió de unir dos raíces griegas: meta = hacia; odos = camino; es decir camino hacia algo, esfuerzo para alcanzar un fin. De alguna manera, el método científico logra colocar como trasgresor a todo aquel que no podía explicar "científicamente"  las propiedades terapéuticas o curativas de determinada sustancia; es así que el conocimiento transgresor da lugar al nacimiento del empirismo. Sin embargo, el método científico partía del conocimiento empírico, pero trataba de darle u marco de lógica o de referencia comprobable por mecanismos ideológicos-filosóficos. Decía A. Huxley "aquellos que renuncian a ir más allá de los hechos raramente obtienen otra cosa que los hechos". 

 No obstante, y más allá de cuestiones filosofales, durante los siglos XVI y XVII y paralelamente a una caída de la autoridad eclesiástica en el mundo, muchos médicos retoman la obra de Dioscórides y comienzan a profundizar en ella. Paralelamente, surgen nuevas investigaciones que echan por tierra viejas creencias. Es el caso de William Harvey (1578-1657) quien descubre que el corazón es el órgano bombeador de sangre hacia toda la economía del cuerpo (contrariamente a lo que sostenía Galeno). Por otra parte, surgen obras de importantes investigadores como la perteneciente a William Turner en 1568, John Gerard (1597), John  Parkinson (1640) y Nicolas Culpeper (1652) en donde se describían no sólo vegetales sino preparaciones en base a animales (venenos de serpientes, cálculos biliares de vacunos, cuernos de ciervo, lombrices, etc.). 
 A principios del siglo XVII se crea en Inglaterra la Farmacopea Londinense, origen de la Farmacopea Británica actual y en 1638 en Francia, es creado el Códex Medicamentarius Gallicus. 
Ambas obras, junto a las Farmacopeas e Portugal y España, fueron referentes del saber médico en muchas otras regiones (incluido el nuevo continente) habiendo incorporado muchas hierbas medicinales, a pesar de que no se conocían muy bien sus dosis terapéuticas y sus dosis tóxicas. 
 Para evitar problemas de toxicidad o mal uso de las hierbas por parte de la gente común, William Turner y Nicholas Culpeper escribieron sus obras en inglés (y no en latín como solían hacer los científicos de la época) lo cual les trajo innumerables problemas con las autoridades del recientemente creado College of Phisicians. Entre estos médicos quien quizás más se destacó fue Nicolás Culpeper (1616-1654) quien defendió gran parte de las teorías de Paracelso además de rescatar la obra de Dioscórides, la de la medicina árabe e incorporar los conocimientos astrológicos aplicables a las plantas. 
  En el frontispicio de su obra titulada El Médico Inglés menciona no sólo el tratamiento con hierbas que crecen en Gran Bretaña, sino que aporta importantes conocimientos de fisiología e higiene. Cuando es herido sobre la Guerra Civil Inglesa contra en Commonwealth, es trasladado al hospital y observa las carencias de estos centros de atención sanitaria. Fue así que se transforma en un gran defensor de los derechos ciudadanos de acceder a la salud pública, atento a que la mayoría de la población no podía pagar una consulta médica privada. 
 A él se le debe la publicación en Norteamérica del primer herbario, hacia el año 1700. La mayoría de los médicos que conocían el uso de la plantas medicinales, comienzan a legislar leyes que castigaban a sus "competidores" no médicos, abriéndose una brecha importante entre el saber científico y el folclórico. El expendio y venta de hierbas queda bajo el riguroso manejo de boticarios o herbolarios académicos. 
 En cambio, los médicos que no utilizaban plantas medicinales insistían en el uso del mercurio, la quinina y el arsénico los cuales crearon múltiples intoxicaciones. Por ejemplo, el mercurio contribuyó a la muerte del rey Carlos II en 1685 y a la de George Washington en 1799. Era común que los pacientes afectos de sífilis recibieran altas dosis de un purgante conocido como calomel basado en su totalidad en cloruro de mercurio. El exceso de purgas y sangrías configuraron la denominada "medicina heroica" cuyo principal exponente, el Dr. Benjamín Rush (1745-1813) sostenía que para la práctica médica sólo se necesitaban dos cosas: sangrías y calomel. 
 Esto motivó a a que muchos investigadores y médicos replantearan cuál era la "medicina oficial" que debía ser implementada en la enseñanza universitaria. Uno de esos cuestionadores fue el alemán Samuel Hahnemann (1755-1843) quien creyó conveniente utilizar sustancias tóxicas en forma diluida y convenientemente dinamizada para tratar las diferentes enfermedades. 

 El sistema homeopático se basa en el principio de tratar la enfermedad con la misma sustancia que la provoca, pero a dosis diluidas (infinitesimales). Para ello, Hahnemann comenzó sus investigaciones con la quinina, siguió con el mercurio, luego el arsénico y finalmente con otro tipo de sustancias: minerales, vegetales, animales, etc., dando origen así a un revolucionario método que aún perdura en nuestros días y que se conoce con el nombre de Homeopatía (Homeo = similar; Pathos = enfermedad, es decir curar a través del similar). 
 Su libro, el Órganon, se considera la obra cumbre de la medicina del siglo XVIII y crea un nuevo concepto en el tratamiento de las enfermedades preservando los fundamentos Hipocráticos que consideran más importante al enfermo que a la enfermedad y rescatando el principio de "Primun non Nocere" (lo primero es no dañar). Posteriormente, Hahnemann fue incorporando nuevas plantas hasta llegar a un total de casi 400 hierbas, la mayoría de Europa Central, probadas en el hombre a través del método dinamizado. 

 Una de las primeras plantas reconocida científicamente por sus bondades terapeúticas fue la digital. Cuenta la historia que una paciente que sufría de hidropesía por trastornos cardíacos prueba una receta basada en una antigua receta familiar que la contenía. Al observar el excelente resultado del brebaje, decide comunicárselo a su médico de cabecera, el Dr. William Witherin quien hasta ese momento había fracasado continuamente con los tratamientos instaurados en su paciente. En vista del éxito obtenido, comienza él mismo a recomendar esta planta y en el año 1785 publica un libro titulado Account of the Foxglobe and Some of his Medical Uses, en el que relata 200 casos de hidropesía asociados a insuficiencia cardíaca. Asimismo, revela las partes de la planta que contienen mayor cantidad de principio activo, época de recolección y dosis óptima (muy cercana a la dosis tóxica). 
 El alemán Cristoph Hufeland, nacido en Turingia en 1762 y su compatriota Heinrich Lahmann, fueron grandes preconizadores de los tratamientos por métodos naturales. Este último creó en 1887 un sanatorio naturista cerca de la localidad de Dresden que alcanzó notoriedad mundial. También merece destacarse la labor del médico cirujano alemán Augusto Bier (inventor de la anestesia endovenosa y la raquitomía) quien dejó su especialidad y se abocó a la difusión de la homeopatía y de la medicina natural. Otro ejemplo lo construyó el sueco Maximilian Bircher Brenner, quien fue el primero en preconizar la importancia de la ingesta de vegetales crudos. 
 Muchos médicos europeos lentamente de comenzaron a emigrar hacia el Nuevo Mundo y poco a poco fueron adquiriendo el conocimiento de las plantas autóctonas. Así fueron incorporados al arsenal terapéutico remedios vegetales tales como la dragontea, el sasafrás, el olmo, el lino azul, la vara de oro, etc. 
 Tras la muerte de George Washington, víctima del mercurio como hemos visto, hubo una especie de rebelión médica en norteamérica contra los tratamientos ortodoxos, encabezada por Samuel Thompson (1769-1843), quienes trataron de revalorizar los tratamientos a base de vegetales. Este médico se nutrió del conocimiento indígena en gran medida y popularizó el uso de plantas como la cayena, la serpentaria y la lobelia. 

 Thompson fue el fundador de la Fisiomedicina y propuso la teoría acerca de que "todas las enfermedades se debían al frío", lo cual no suena tan descabellado si observamos que su labor se desarrolló en el territorio de Nueva Inglaterra donde los inviernos diezmaban a la población. Se calculó en 1830 que alrededor de 3 millones de personas adherían las teorías de Thompson. En 1864, sus seguidores europeos crean la National Association of Medical Herbalist, la organización oficial más antigua de Europa en cuanto a fitoterapia se refiere. 

 A principios del siglo XIX, la medicina occidental comienza a influir en Oriente, sobre todo en las prácticas chinas e hindúes. Con la llegada de los ingleses a la India, comienza a desplazarse la medicina ayurvédica de la enseñanza universitaria, considerándose a ese saber como "una práctica inferior". En cambio en China, el flujo de ideas occidentales fue menos traumático y enriquecedor para ambas partes. 
 En Europa surgen grandes defensores de la salud por métodos naturales, como Sebastian Kneipp (1821-1897) y posteriormente Johann Künzle (1857-1945). En 1864 se crea en el norte de Inglaterra el National Institute of Medical Herbalists, la primera entidad profesional de fitoterapia en el mundo. En tanto en América, el conocimiento herbario aun se centraba en la figura del hechicero o "chamán" el cual por medio de rituales que incluían danzas y "fumatas" de tabaco o peyote, les permitía entrar en trance y de esta manera "viajar espiritualmente" en busca del alma de la persona enferma a efectos de rescatarla y curarla. 
 Cabe hacer notar que el tabaco era utilizado por los nativos sólo como elemento ceremonial. Entre las sustancias que les permitía entrar en estado de trance figuran el yage, la ayahuasca, el agárico, el beleño, la belladona, bayas de espino o mandrágora (nótese la gran cantidad de sustancias o compuestos tóxicos y alcaloides que contienen las mismas).
 En 1830 había surgido un movimiento en Norteamérica basado en el empleo de las plantas medicinales, de acuerdo con las prácticas recopiladas de los indígenas, combinadas con prácticas ortodoxas, siendo su pionero el Doctor Wooster Beech (1794-1868). Este movimiento se denominó eclectismo y en la cumbre de su popularidad llegó a contar con más e 20.000 practicantes calificados en Estados Unidos. Beech supo mancomunar los avances científicos de la época con el correcto uso de las plantas medicinales, rechazando en parte las teorías de Thompson por considerarlas demasiado simplistas. 
 Lentamente fue desplazando a la medicina "oficial" al punto que se tuvo que realizar un debate en 1907 para determinar a que escuela médica debían destinarse los fondos de los filántropos que sostenían la medicina en ese entonces: Andrew Carnegie y John D. Rockefeller. Finalmente se optó por privilegiar la medicina oficial y lentamente el eclectismo fue perdiendo fuerza. 
 En el año 1906 aparece un tal Dr. Charubel quien publica un libro que hablaba sobre la curación de las enfermedad esa a través de las plantas y minerales, pero con un enfoque distinto: el mecanismo de acción terapéutico de las plantas y minerales se centraría en el plano espiritual. Indicó el uso de 39 plantas que actuaban en la esfera psíquica, aparte de 3 metales y 11 piedras preciosas. Un discípulo de él, el Dr. Rudolph Steitner amplía la obra con mayor cantidad de minerales y plantas (entre ellas el muérdago) y da origen a la denominada Medicina Antroposófica que aun hoy perdura. 
 En el siglo XIX, Un joven aprendiz de farmacia en Alemania llamado Friedrich Serturner aisla del opio una sustancia a la que se denominó: morfina. Posteriormente, en 1819 se aisla la atropina y la hioscina de la belladona; en 1820 se aisla la quinina de la corteza de la quina; en 1827 la salicilina de la ulmaria; en 1829 la emetina de la ipecacuana; y en 1860 la cocaína de las hojas de coca.
 Finalmente en 1828, Friedrich Wohler produce la síntesis de la urea a partir de una sustancia inorgánica (el cianato de amonio), dando comienzo así a una nueva etapa de la medicina, en la cual por primera vez se prescinde de la obtención de un compuesto proveniente de un vegetal. 
 Los soplos de libertad que fueron apareciendo tras la ola de independencias en los países americanos, dieron el marco apropiado para la creación de farmacopeas propias. Fue así que en 1820 se crea la primer farmacopea americana titulada: "Farmacopea de los Estados Unidos de Norteamérica". A continuación surge la de México y en América del Sur es Chile el primer país en contar con farmacopea propia, lo cual acontece en 1886. En 1898 surgen las de Argentina y Venezuela y en 1926 la de Brasil. La necesidad de crear normas para la buena preparación de remedios dio origen a la palabra farmacopea, término derivado del griego Pharmakon (droga) y poeia (hago, preparo).

23 oct 2013

Evolución Histórica de la fitomedicina - Parte VII

LA FITOTERAPIA EN LA ÉPOCA DEL RENACIMIENTO

 

 En esta época el hombre toma conciencia de los cambios acaecidos en el mundo y comienza a relevarse contra los principios propuestos por el sistema imperante, forjando así sus propias ideas. Hasta ese momento la filosofía y la religión habían caminado juntas, pero el advenimiento de nuevos descubrimientos, tales como la brújula (permitía salir con mayor certeza a la aventura oceánica), la pólvora (que puso en jaque el poder de los caballeros de la edad media) y la imprenta (permitió masificar los nuevos conocimientos) le dieron a esta etapa de la historia una dinámica diferente. 
 La llegada de la imprenta le dio gran impulso a la difusión del conocimiento herbario. Otto Brunfels (1489-1543), monje cartujo y posteriormente médico en Berna, publica el primer herbario ilustrado con plantas grabadas en madera. La tecnología le fue agregando mayor colorido a estos gráficos, y se destacan en ese sentido las obras ilustradas de Hieronymus Bock, Andrea Cesalpino y Leonard Fuchs. Sin embargo, este explosivo despliegue de libertad espiritual representaba un peligro para la fuerte cultura tradicional de los gobernantes. Los viajes de Colón a América permiten conocer una nueva flora y nuevas aplicaciones terapéuticas de las plantas. Llamativamente, los nativos de América tenían para entonces una expectativa de vida superior a la del europeo, en vista del hacinamiento de las ciudades medievales, sus cloacas abiertas y las bajas condiciones de higiene. 
 Durante estos años, figuras como Copérnico, Kepler y más tarde Galileo, dieron origen a lo que se ha dado en llamar las Ciencias Naturales, y fue éste quizás el momento en que la filosofía y la religión deciden separarse y tomar caminos propios. La iglesia como institución, no podía dar una respuesta intelectual a tantos cambios, por lo tanto no tuvo más remedio que censurar a la incipiente ciencia y restarle veracidad. 
 Surge en esta época la reforma en la Iglesia que da lugar a fanatismos religiosos por ambos lados y comienza a forjarse como institución propia y mandataria la llamada Santa Inquisición. Como fuimos observando, la atención médica de esta época dejaba bastante que desear ya que eran muy pocos los que podían acceder a ella. De esta manera fueron apareciendo los primeros curanderos quienes poseían conocimientos herbarios notables y solían ser muy populares entre aquellos pobladores carentes de recursos. 
 Lógicamente, los curanderos eran muy mal vistos por la Iglesia (la que atribuía junto a los pocos médicos reconocidos, autoridad sanitaria) comenzando de esta manera la primera "caza de brujas". Este proceso comenzó lentamente en la Edad Media y tuvo su punto culminante en la época del Renacimiento. Según los historiadores, fueron casi diez millones las víctimas sometidas a todo tipo de tormentos y quemadas vivas en hogueras. La inquisición consideraba al curandero o hechicero como fruto del demonio al osar desviar la credulidad de la gente respecto a la autoridad de la Iglesia. Decía William Perkins, famoso inquisidor inglés de entonces: "Sería mil veces mejor para el país si todos los hechiceros muriesen. La muerte sería su justo y digno fin". 
 Para el hombre común de la época, la hechicera no ni era más ni menos que una mujer sabia en cuanto al conocimiento de plantas se refiere, que sabía aconsejar bien el momento preciso y que se contaba con ella en los momentos de apremio.  Para la Iglesia era un elemento desestabilizador de su autoridad, estrechamente relacionada con creencias ateas y heréticas y solo e fuego podía purificar su alma. 
 Jules Michelet en el año 1862 encuadró a la bruja como un personaje ineludible perteneciente a la sociedad y la define como " ...una revoltosa social que protesta contra el orden deshumano y la condición inferior de la mujer". Eran acusadas de preparar ungüentos, pomadas, polvos y venenos capaces de transformar la conducta humana. Uno de los famosos ungüentos que "les permitía volar" estaba compuesto por beleño negro, belladona, cicuta y mandrágora, todas plantas consideradas sagradas durante cientos de años. 

 Para el inquisidor general español Fernando de Valdés "...habría que aplicar a las brujas un castigo proporcionado a la calidad de la imaginación o el propósito que tuvieran para apartarse de nuestra fe y atribuir al demonio la honra que a sólo a Dios debe". Uno de los tres inquisidores de Logroño, Alonso de Salazar, en su excursión por tierras vascas dio a conocer 1802 confesiones de brujería, de las que 1384 correspondían a niños entre 7 y 14 años.

Indudablemente el médico no existía en la población. Poseía una cultura diferente a la mayoría de la gente pobre y sus honorarios eran prácticamente inalcanzables. Del mismo modo, la Iglesia consideraba como "extraño" a todo aquel que tuviera conocimientos curativos sin ser médico médico o religioso. Para ella, la idea de salvación espiritual era más importante que la de curación de la enfermedad. Incluso, fueron perseguidos por médicos de origen judío a los que la Iglesia consideraba como responsables de epidemias y otras calamidades (solamente en la ciudad e Estrasburgo se mataron 2000 judíos). Asimismo los astrónomos y físicos eran mal vistos. El mismo Galileo tuvo que renunciar a la idea que había difundido acerca de que la tierra gira alrededor del sol, so pena de ser condenado a muerte. La Iglesia tardó más de tres siglos en reconocer este error.
 Al respecto, comenta Ricardo García Carcel: "... la alquimia no fue perseguida mientras se creyó en su viabilidad. Cuando en el siglo XVII la obtención de metales preciosos por procedimientos alquímicos se revela imposible, la Inquisición procesa a alquimistas como Melchor Agramunt, ya que pretendía hacer plata del azoque lo cual resulta frustrante y, como tal, prohibido por le Santo Oficio". De esta lectura se desprende que la Inquisición parecía perseguir más que los medios o fines, los resultados. Se le podría perdonar casi todo a una bruja, menos que sus "poderes" fueran falibles y, por ende, generadores de frustración. 
 En síntesis, la utilización de las plantas medicinales cae en un terreno oscuro con profundos cuestionamientos sobre todo eclesiásticos, en donde a pesar de todo se destacan honrosas excepciones como la de los médicos de las escuelas de Salerno, Florencia y el controvertido Paracelso. En 1498, la escuela de Florencia redacta el célebre Recetario Florentino, una especie de vademécum terapéutico escrito por médicos y farmacéuticos. 
 Por su parte, Aureolus Philippus Teophrastus Bombastus von Hohenheim (Paracelso, cuyo significado era "mejor que Celso, el médico romano") llegó a declarar que todo su conocimiento médico se lo debía "a la sabiduría de las brujas" ya que de Galeno o Hipócrates no había aprendido nada, en un claro reto al conocimiento medio clásico. También señaló, en contraposición a los textos médicos de entonces, que renegaba del saber por imposición y que "... un médico lo que necesita no es elocuencia ni saber de lenguas o de libros, sino un profundo conocimiento de la obra de la naturaleza (...) nuestros prados y montes son nuestra farmacia". 
 Nacido en Ensiedeln,  un cantón suizo de Schwyz (1493-1541), hijo de padre médico, fue el propulsor de la denominada Teoría de las Signaturas la cual establecía que Dios había creado plantas y frutos morfológicamente similares a los órganos en donde actuarían terapéuticamente. 
 Por ejemplo: la nuez era ideal para el cerebro, la mandrágora sería esencial para dar vitalidad al hombre (por su apariencia humana), la pulmonaria sería útil para las enfermedades del pulmón; las hojas redondas del pie de león para el cerebro por la forma "cerebrada" que tienen; las flores de color amarillo para la ictericia (como las de la celidonia o las del diente de león), los tubérculos de las orquídeas para las enfermedades testiculares (de ahí la palabra orquitis), la utricularia (planta acuática cuyas hojas tienen forma de vejiga) para las enfermedades urinarias, etc. 
 En su juventud había trabajado en minas de mercurio, por lo que propició el uso del mismo para tratar ciertas enfermedades igual que con el antimonio. Con respecto a los tóxicos, fue famosa su frase que decía "... depende sólo de la dosis que un veneno sea veneno o medicamento". Preconizó la importancia de la alquimia, ciencia que estaba muy arraigada en el mundo islámico, pero que funcionó siempre al margen de la ciencia oficial. A ella se le debe la preparación de alcoholaturas y procesos tales como la destilación, sublimación y calcinación. Asimismo intentó, en vano, la transmutación de los metales innobles en oro como así también la búsqueda de la inmortalidad. 

 En 1527, según cuenta la tradición, yacía en cama víctima de una infección en una pierna Johan Froben, un respetable erudito e impresor y amigo de gente influenciable, como el gran teólogo y humanista holandés Erasmo. Los ocho médicos que le habían visitado diagnosticaron que lo mejor para su salud era amputarle la pierna afectada.  Nada tan terrible para Froben, un hombre acostumbrado a gozar de las caminatas por las montañas aledañas a Basilea. Fue así que conocida la fama de Paracelso y su arte no convencional de tratar los enfermos, lo invitan a viajar 100 kms a caballo para visitar a Froben. 
 La primer medida que tomó Paracelso al entrevistar a su paciente, fue cambiarle la cama blanda donde yacía, por un colchón de paja sobre el suelo. Le ordenó a su cocinero personal un cambio sustancial en la dieta, a base de jugos de frutas y vegetales. Le recomendó la toma de infusiones en base a hierbas medicinales y sugirió a sus familiares que diariamente lo sacaran del cuarto donde yacía y le hicieran tomar aire fresco y sol. Invitó también a un músico para que ejecutara el laúd en aquellos momentos en que Froben se sintiera angustiado o depresivo. 
  Lentamente la pierna fue mejorando y hacia el día 13 de tratamiento Froben ya caminaba asistido por un bastón en su jardín. Admirado de su mejoría, no solo en su pierna sino en su estado general, se comunicó con su amigo Erasmo y de esta manera Paracelso fue nombrado médico de la ciudad de Basilea y profesor de Medicina en la universidad de esa ciudad. 

 Paracelso fue un gran crítico del sistema de educación médica imperante en Europa, que seguía las ideas de Galeno. En la Universidad de Basilea, un día llegó a decir ante sus colegas: "... Hay más sabiduría en mis zapatos de viajero que en todos los textos de medicina actuales". Previamente a ello, había mandado quemar todos los textos médicos de Galeno. Con el correr del tiempo y debido a sus (para entonces) tratamientos misteriosos y la agresividad con la que defendía sus ideas,  se ganó la antipatía de muchos colegas,  al punto de tener que abandonar Basilea y empezar una vida ambulante de ciudad en ciudad. 
 Creyó en la idea en la cual el hombre es un ser que está unido inseparadamente con el universo y que, en su constitución, estaría compuesto por tres sustancias: mercurio, azufre y sal. Estas tres sustancias representaban el modo de comportamiento de la materia: el mercurio era lo volátil, aquello que se transformaba en humo (elemento agua); el azufre el combustible que originaba la llama (elemento fuego); y la sal representaba la resistencia al fuego, lo que quedaba de las cenizas (elemento tierra). El ordenamiento de estas tres sustancias estaba determinado por una fuerza vital interna a la cual denominó "arqueo". 
  Como ya se señaló anteriormente, Paracelso fue un gran observador de los fenómenos naturales, al punto de señalar que "... la medicina se funda en la naturaleza; la naturaleza es la medicina y solamente en aquella deben buscarla los hombres. La naturaleza es la maestra del médico, ya que ella es más antigua que él y ella existe dentro y fuera del hombre...". 
Consideró también que dentro de cada organismo existía una fuerza curativa que podía ser aislada con los elementos de la alquimia que él proponía. Estos trabajos  provocaron una fuerte división en el mundo científico, hecho que perduró durante el siglo siguiente. Paracelso murió en 1541 a la edad de 48 años, en circunstancias misteriosas  (se piensa fue mandado a matar por una conjura médica disidente con su labor). 
 Cinco años después de la muerte de Paracelso, en 1546, el colegio de Boticarios de Zaragoza publica la "Concordia Aromatoriorum  Civitatis Cesarauguste", uno de los primeros códigos de prescripciones farmacéuticas de Europa. En 1560 surge en Amberes por primera vez la palabra Farmacopea a partir de las investigaciones de Johanes Brettschneider quien escribe la obra  "Pharmacopea in Compendium Redacta". 
 Con el descubrimiento de América,  se fueron incorporando nuevas medicinas en Europa producto del conocimiento de los aborígenes. Es así que se incorpora la quina para el tratamiento de la malaria y el mercurio en el tratamiento de la sífilis. Es en 1574 donde por primera vez se describe la planta del tabaco, en la obra de Nicolás Monardes acerca de sustancias medicamentosas de origen americano. 
 El siglo XVI está enmarcado con los conocimientos aportados en el campo de la anatomía por Andrés Vesalio quien perfeccionó y profundizó los antiguos esquemas provenientes de las disecciones realizadas en la Universidad de Bolonia en el siglo XII. Incluso corrigió los escritos de anatomía de las obras de Galeno en quien se había inspirado. Como es posible analizar, la anatomía se convirtió en la única rama de la medicina con fundamento científico; de esta manera, las artes médicas se consolidaron en el estudio de la naturaleza muerta y no de la viviente. Así, las plantas quedaron como elementos del ocultismo y carentes de todo rigor científico.

17 oct 2013

Evolución histórica de la fitomedicina - Parte VI

LA FITOTERAPIA EN LA ÉPOCA MEDIEVAL

 

 En esta época, la medicina sufrió un proceso de estancamiento ya que eran muy pocos los que podían tener acceso a las obras escritas en árabe, griego y latín. Precisamente los monjes y clérigos tuvieron un papel importante en su difusión, al punto de ser considerados como médicos. En los primitivos monasterios cristianos, los monjes tenían como legado primordial (según la regla fundacional) traducir y copiar manuscritos antiguos griegos y romanos. De esta manera se pudieron conocer hasta nuestros días, las obras clásicas de Hipócrates, Galeno o Dioscórides. En esta ardua tarea tuvieron gran importancia los monjes benedictinos quienes acopiaron valiosos coonocimiento a través del desarrollo de huertos, campos y dehesas. 

 En los monasterios aparecieron los primeros jardines de hierbas medicinales, y se destacan los monasterios de St. Gallen (Francia), construído en el año 829 y el de Schaffhausen (Alemania). Este último, con el correr de los años fue tomando gran relieve, hasta ser orientado y dirigido en el siglo XVI por Leonhard Fuchs, considerado uno de los padres de la botánica. Dentro del ámbito monacal, surgieron personalidades importantes en el manejo de las hierbas medicinales, tales como el obispo de Regensburg, Alberto Magnus; el abad del monasterio de Reichenau, Walafried Strabo y el caso de una mujer, la abadesa Hildegard Von Bingen más conocida como la "Santa Hildegarda".

Santa Hildegarda de Bingen (1098-1179) nació en Bockelheim, Alemania. Fundó el monasterio benedictino de Rupertsberg en 1147. Aunque inicialmente se dedicó a escribir poesías de tipo místico, más tarde publicó dos libros titulados Liber simplicis medicinae y Liber compositae medicina en donde realizó interesantes aportes no sólo para el conocimiento  de las hierbas medicinales, sino tambiénpara el enfoque que ha de implementarse frente al hombre enfermo, al cual hay que abordarlo desde un modo integral (cuerpo y espíritu). Así dió origen al concepto de holismo que tan en boga manifiesta la medicina naturista. 

 Los clérigos solían preparar vinos o licores con varias plantas medicinales, tarea que aún hoy continúa y que se suelen ofrecer alos visitantes de sus monasterios (por ejemplo los famosos licores monacales). Excavaciones recientes llevadas a cabo en lo que fue un hospital religioso en el siglo XI en Escocia, dan cuenta que los monjes utilizaban hierbas exóticas com la adormidera y la marihuana com analgésicos y anestésicos. 
 Es en la edad media donde comienza a titularse y oficializarsela enseñanza de la medicina, cuyas primeras reglamentacionescorresponden a ordenanzas que el rey Federico II promulgó entre 1212 y 1250 para el reino de Sicilia. No es de extrañar entonces que fuera Italia, residencia de los Papas, la que mayor cantidad de sedes con autonomía docente médica presentaba entonces. Se destacaban las de Bolonia, Reggio-Emilia, Vicenza, Arezzo, Padua y Salerno. Quizás esta última puede considerarse como la más importante ya que permitió el ingreso a estudiantes de todas la creencias (cristianos, musulmanes y judíos) y además permitió ejercer la práctica a las mujeres. 
 En Inglaterra, durante el reinado de Enrique VIII, el recientemente formado Colegio de Médicos decretó que todo aquel que tuviera conocimiento de las propiedades curativas de las plantas medicinales, podría utilizar ese conocimiento en bien de la comunidad luego de solicitar el correspondiente permiso ante ese colegio. De esta manera surgieron los primeros Herbolarios a quienes años más tarde se les "recortó" el permiso el permiso de recetar, limitándolos a la tarea exclusiva de vender plantas medicinales, dando así comienzo a las primeras farmacias. 
 Dentro de la estructura feudal de la sociedad, la atención médica dependía del estrato social del paciente. Los ricos y nobles eran atendidos por médicos de la corte, los ciudadanos medios eran atendidos a domicilio (y así surgió el inicio del médico de cabecera o familiar) y los pobres, esclavos y siervos eran recogidos (más que asisitidos) en hospitales públicos. 

15 oct 2013

Evolución histórica de la fitomedicina - Parte V

LA FITOTERAPIA EN LOS PUEBLOS ÁRABES



 Con la caída del Imperio Romano en el siglo V, el centro de la cultura (y por ende de la Medicina) se trasladó a Constantinopla y Persia en donde se cultivaron las ideas de Galeno e Hipócrates junto a las tradiciones egipcias.  Simultáneamente la tradición judaica otorgó gran importancia a la higiene como elemento preventivo de enfermedades, sobre todo infecciosas. Los hebreos, por ejemplo, utilizaban ritualmente la mirra y el incienso.  
 Al ser expulsado de Constantinopla por provocar un sismo religioso, Nestortius en el siglo V recorrió junto a sus fieles Persia, Siria y otras regiones vecinas, creando el llamado Krabadin, quizás el primer texto que puede clasificarse como farmacopea oficial, y que rigió durante siglos con varias ediciones. Muchas civilizaciones lo habían adoptado hasta el siglo XII, época en que aparecen los Antidotarios, los cuales fueron posteriormente dando origen a las primeras leyes sobre uso de drogas.
  Tanto árabes como persas agregaron como fruto de su experiencia, las propiedades terapéuticas del alcánfor, el almizcle, bórax y nuez vómica entre otras. Fueron los árabes quienes introdujeron en Europa las bases de procesos químicos extractivos tales como la destilación y sublimación. Asimismo, fueron los iniciadores de los cultivos de azafrán, caña de azúcar, arroz, algodón y algarroba. 
 La obra más importante de la época la constituye el Kitab al-Qanun o Canon de la Medicina, escrita en el siglo XI por Ibn Sina, más conocido por Avicena (980 - 1037). Esta obra estaba centrada firmemente en el conocimiento griego y dio origen al denominado método  o sistema Unani (palabra árabe que significa "de los griegos"). Fue traducida al latín en el siglo XII y de esta manera llega a Occidente para convertirse en el libro de texto básico para todas las escuelas médicas.
 También merece destacarse la obra de Ibn Baithar conocida como Kitabal Dschamial Kabu o Gran Compilación de Medicamentos y Alimentos, en donde se hace referencia de más de 1400 drogas (200 de ellas inéditas). También se puede mencionar a Ibn Córdoba, un intrépidonavegante árabe, quien un siglo antes que Avicena, había llevado la raíz de ginseng desde China a Europa. 
 Algo más tardío fue el florecimiento de la medicina en al-Andaluz  (España Islámica) que contribuyó a través de las figuras de Avenzoar (1113-1162), Averroes (1126-1198) y Albucasis a pormenorizar la sintomatología de las enfermedades del corazón y los oídos; la descripción del parásito de la sarna y las primeras descripciones de plantas regionales. La influencia islámica en el Mediterráneo llevó a crear importantes escuelas, entre las que destaca, la escuela de medicina de Córdoba (España).

10 oct 2013

Evolución histórica de la fitomedicina - Parte IV

LA FITOTERAPIA EN GRECIA:

 Hacia el siglo V a.C. comienza a tomar prestigio en Grecia la figura de  Empédocles de Agrigento quien comienza a difundir la idea de q la vida se basaba en interacción de 4 elementos: tierra, aire, fuego y agua, los que tenían su correspondencia con los 4 humores del cuerpo: bilis amarilla, bilis negra, sangre y flema. A tal efecto, prescribía alimentos y plantas relacionadas con dicha teoría. 
 De las obras médico-botánicas escritas en Grecia se considera la más antigua perteneciente a Teofrasto (nacido en la isla de Lesbos en el año 372 a.C. y muerto en el año 287 a.C.) quien en su libro Historia de las Plantas (dividida en nueve volúmenes) hace mención de 455 plantas, aunque en su mayoría son de confusa interpretación. Teofrasto fue discípulo predilecto de Aristóteles (384-322 a.C.) quien, poco antes de morir, lo designó su sucesor y le encomendó el cuidado de su jardín botánico. Además de Historia de las Plantas realizó otra obra en seis volúmenes titulada Las causas de as plantas. 
 Cabe señalar que esta etapa de la historia estaba embuída de concepciones mágico-religiosas que dieron origen a la mitología griega. Entre los dioses que  se dedicaron al arte de curar figura Esculapio, hijo de Apolo. Tan grande fue su fama en el arte de curar que había barrido con todo vestigio de enfermedad y muerte sobre la tierra. A tal punto llegó la situación que Plutón (el rey de los mundos inferiores) se quejó ante Zeus del "poco alimento de nuevas almas que llegaban al territorio de las sombras". Fue así que Zeus, con el poder de un rayo, fulminó para siempre a Esculapio.
 A partir de ese relato, muchos templos se esculpieron en Grecia en honor a Esculapio, denominados asklepieia (donde se busca consuelo). Cada peregrino que llegaba al templo debía dejar una ofrenda, tomar un baño purificador y participar de una ceremonia de rogativas al dios. El culto a Esculapio continuó hasta fines de siglo V a. C., cuando aparece en escena Hipócrates.
 Otra anécdota de interés en la mitología griega la constituyó Ceres, la diosa del cereal. El Olimpo, para ese entonces, constituía el refugio de los dioses. Cuando Ceres se apartaba del Olimpo (por enemistad con Neptuno) originaba la pérdida de las cosechas. Era común en la antigüedad atribuirle propiedades a los alimentos. Por ejemplo, el cereal permitía mantener saludable el organismo; en cambio; las habas no eran buen alimento ya que "contrariaban el espíritu".
 Para Aristóteles, las habas hacían perder la castidad, mientras q Pitágoras prohibió a sus seguidores su consumo. Se creía asimismo que las habas al igual que las arvejas traían aparejado desórdenes emocionales (por la forma desordenada y desmedida en que crecen sus brotes). Asimismo, tenían fama de afrodisíacas, creencia que perduró durante muchos siglos siguientes, al punto que en el año 1750 el obispo de Niza prohibió que se las sirviera en los conventos de su diócesis, por considerar que tenían "efectos libidinosos".
 Indudablemente, existía un concepto sobrenatural o mágico respecto a ciertas plantas, muchas de las cuales eran consideradas como sagradas y , por ende, consagradas a los diferentes dioses.

 Por ejemplo el álamo era consagrado a Hércules; el boj y el manzano a Ceres; el ciclamen  a Apolo, el ciprés y el culantrillo a Plutón, la consuelda a Juno, el mirto a Afrodita, la morera a Mercurio, etc. También eran consideradas sagradas el avellano común, el muérdago y el loto.

 La obra de  Hipócrates (460? a 370? a.C.) se considera como la más clara y completa de la antigüedad ya que no hace referencia sólo a plantas medicinales, sino que fija las bases de la ciencia médica en su totalidad, al punto de ser reconocido como "el Padre de la Medicina". No sólo hizo hincapié en el tratamiento con plantas medicinales, sino que consideró a la alimentación, el masaje, la hidroterapia y el reposo como baluartes terapéuticos de primer orden. Hipócrates tuvo la suerte de viajar mucho en esa época y poder trasladar sus conocimientos a tierras lejanas a la par que lo hacían los navegadores griegos que transmitían su legado (como la creación de la escuela médica de Alejandría). A tal punto fue una celebridad, que el rey persa Artajerjes lo invitó a su país para que ayudase a combatir la peste que estaba diezmando a la población. Pero Hipócrates desestimó la invitación arguyendo que su honor no le permitía prestar servicios a una nación considerada enemiga.
 Adhirió a la teoría de los cuatro elementos y la enriqueció con la relación entre los humores y las estaciones climatológicas. En su repertorio figuraban alrededor de 300 remedios muchos de ellos aún vigentes, tal los casos de brionia, manzanilla, centaura, casia, ajo, canela y romero. Recomendó el uso de la corteza de sauce para calmar los dolores y descender la fiebre (a partir de este hallazgo, 25 siglos más tarde se descubre la salicilina, base de la aspirina que todo el mundo hoy conoce). Una particularidad de la obra de Hipócrates fue la división de los alimentos y hierbas en categorías tales como calientes, fríos, secos y húmedos. 
 A Hipócrates se le deben gran parte de los conocimientos semiológicos y clínicos actuales: facies hipocrática, dedos hipocráticos, sucusión hipocrática, etc. Asimismo propuso la teoría de los cuatro temperamentos: flemático, sanguíneo, melancólico y colérico. 

 - La naturaleza flemática estaba dominada por el frío y la humedad (invierno), le correspondían patologías respiratorias (de ahí flema) y su curación dependía de hierbas cálidas y desecantes como el tomillo y el hisopo.

- El individuo sanguíneo correspondía al ideal: alegre, vital aunque inclinado a los excesos. Empeoraba en primavera. Predominaba en ellos la gota y la diarrea y le correspondían hierbas frías y secas como el lampazo y la escrofularia.

- La personalidad melancólica era fría y seca, predominaba en ella la depresión y la constipación. Empeoraba en otoño. Las hierbas caliente como el sen y el heléboro eran útiles para eliminar el exceso de bilis negra y con ello armonizaba nuevamente el organismo.

- Y finalmente el temperamento colérico era caliente y seco. Empeoraba en verano. Se asociaba a los trastornos nerviosos  y hepáticos (bilis amarilla). Mejoraba con plantas húmedas y frías como el ruibarbo, el diente de león y las violetas. 

 También supo tener algunos errores: creía que los varones se concebían en la parte derecha del útero y las mujeres en el lado izquierdo. Más allá de esto, han quedado para la posteridad algunos de sus aforismos tales como: "Que el alimento sea tu medicamento"; "El arte es largo, la vida breve, la ocasión fugaz, el experimento falaz y el juicio difícil"; "Laxitud y cansancio sin causa, son indicio de enfermedad"; etc.
 Respecto a la vida de Hipócrates, gran parte de ella es aún un a incógnita. Se cree que nació en el seno de una antigua familia sacerdotal de la isla de Cos y que falleció a la edad de sesenta y seis años en la localidad griega de Larissa. 
 Contemporáneo pero menos famoso que Hipócrates fue Cratevas. A él se le debe un importante tratado (del cual lamentablemente no hay ejemplares) en el que se detallan alrededor de 400 plantas medicinales y del cual se asegura que fue plagiado por Dioscórides. El mismo Hipócrates se dice aprendió de él. 
 Ya en la era cristiana, los romanos ocuparon Egipto tras anexionarse con Grecia y los de más territorios del Mediterráneo Oriental. La medicina romana era muy primitiva y tuvo que aprender de los médicos griegos quienes inicialmente habían sido tomados como esclavos. Es en esta etapa que aparece Pedanios Dioscórides quien fuera médico y cirujano durante el imperio de Nerón, año 50 - 75 d. C. (algunos atribuyen haber sido el médico de Antonio y Cleopatra), y a quien se considera como el "fundador de la Materia Médica" siendo su obra la base para los 18 siglos que siguieron a su existencia. Se le atribuye la descripción de 600 plantas correspondientes a Asia Menor, Grecia, Egipto e Italia aunque gran parte se cree que fuera plagio de la obra de Cratevas, Sextus Niger y Plinio. 
 De su obra se destaca entre otras cosas la acción diurética del perejil, la estimulación láctea por el hinojo o la acción expectorante del marrubio blanco mezclado con miel. El ejemplar más antiguo que se conoce de la Materia Médica de Dioscórides se encuentra en Viena, y está escrita en griego con gran cantidad de dibujos ilustrativos (se calcula que es del año 1499). 
 La primer traducción al castellano fue hecha por Antonio de Nebrija en el año 1518, y pocos años más tarde Andrés Laguna  lanza una nueva versión mucho más amplia y completa. Según el historiador Ahumada "después de Dioscórides, la botánica médica dormitó durante largos años". Contemporáneo a Dioscórides merece citarse al enciclopédico Caio Plinio el Viejo quien falleció durante la erupción del volcán Vesubio en el año 79. En la obra de Plinio se describen curiosas descripciones del uso de las hierbas medicinales como así también supersticiones a que daba lugar su manipulación y empleo. Por ejemplo, consideró a Hércules como padrino de varias plantas medicinales y al Centauro Chirón como uno de los iniciadores del arte farmacéutico. 
 La obra cumbre de Plinio se llamó "La Historia Natural"  y consta de 37 volúmenes. Los volúmenes 21 al 28 están dedicados a la Materia Médica, y se destacan entre varias hierbas el olivo y la menta. Para que el lector observe hasta que grado estaba emparentada la ciencia herbaria y la superstición, ha de saber que la palabra que hoy conocemos como "Farmacia" proviene del vocablo griego farmakon que significa en su origen "hierba de hechizar". 

 El concepto de farmacia fue introducido en primera instancia por los romanos para designar un espacio cerrado en el interior de algunas viviendas en donde se procedía a realizar varias tareas: clarificación de vinos, reposo, almacenar manuscritos y otros objetos de valor. Con el correr del tiempo, también comenzaron a almacenarse hierbas medicinales, lo cual permitió cambiar la denominación de farmacia por la de officina medici, es decir, taller de los médicos. Finalmente, las hierbas que con mayor asiduidad integraban esos talleres pasaron a denominarse officinalis.

 El final del período creador de la medicina griega le pertenece a Galeno quien vivió en el siglo II d.C. Nacido en Pérgamo en el seno de una familia acomodada, se formó en esta ciudad y en Alejandría. En Roma permaneció durante tres décadas, hasta poco antes de su muerte en el año 201 d.C. Fue inicialmente médico de los gladiadores y luego pasó a la corte como médico de los emperadores Marco Aurelio, Cómodo y Séptimo Severo. 
 De las casi 400 obras que escribió hoy se conservan 150. Retomó la teoría de los humores de Hipócrates y le agregó importantes trabajos sobre todo en el área de la anatomía y la neurología. Sin embargo, le dio más importancia a la capacidad discursiva de la razón que a la información proporcionada por el paciente. Sus tratamientos se basaban solo en la correción de los humores alterados olvidándose del principio de unidad psicofísica postulado por Hipócrates. 
 En la actualidad, sus teorías sobreviven en la Medicina Unani que se practica en la India y en el mundo musulmán.  A Galeno se le debe el hecho de mezclar diferentes hierbas en un mismo preparado, lo cual motivó el nombre de formulaciones galénicas, las cuales se vendían a un alto costo y se le atribuían propiedades de "curalotodo".
 Resumiendo, a los griegos se les debe de alguna manera, la transición de lo mitológico a lo científico, ya que los primeros pensadores griegos dieron pie al entendimiento del origen del cosmos y su relación con el ser humano. A partir de aquí el hombre comienza a entenderse en función de elementos lógico-pragmáticos y no en base a elementos mágico-religiosos. 

7 oct 2013

Evolución histórica de la fitomedicina - Parte III

LA FITOTERAPIA EN LA MEDICINA SUMERIA, ASIRIA Y BABILÓNICA:

Estos pueblos hacían mención a las virtudes terapéuticas de aproximadamente 250 especies vegetales, entre las que destacaban la casia, la mirra, la asafoetida, el pino, corteza, raíz y hojas del dátil, aloe, amapola,
belladona, cardamomo, etc. Otro testimonio invalorable lo proporcionó el descubrimiento de la biblioteca del rey asirio Arsubanipal, que contenía varios millares de tablillas escritas, se calcula, hace más de res mil años, y en las que se describen varios centenares de plantas.
  Por ejemplo, una antigua tabla sumeria aconsejaba recetas tales como: "... Aplástense hasta convertirse en polvo las semillas de la hierba del carpintero, la resina gomosa del markasí, y el tomillo, disuélvanse en lodo de cerveza (la actual levadura de cerveza) y dársela de tomar al hombre enfermo...".

 

LA FITOTERAPIA EN LA INDIA:

 A partir de las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo hace 50 años en la India, se han podido descubrir las ciudades de Mohenjo-Daro y Harapaen donde se pudieron encontrar escritos y grabados referidos al empleo de plantas medicinales. Se trata de poemas épicos conocidos como Vedas. Estos escritos se cree corresponderían entre los años 1.500 - 1.000 a.C. y hacen mención de las plantas aromáticas para su uso alimenticio:  jenjibre, nuez moscada, pimienta, regaliz, albahaca, comino, azafrán, ajo, etc.
 respecto al azafrán debe mencionarse que se trataba de una planta muy utilizada también por los egipcios los cuales la empleaban para aliviar calambres y cólicos digestivos.
 Es bueno recordar que en la India quienes ejercían la medicina eran los Brahmanes (sacerdotes de gran prestigio, pertenecientes a la primera de las cuatro castas en las que se dividía el pueblo hindú). Consideraban que el hombre era una unidad psicofísica-espiritual, y quien podía y quien podía cuidar la salud del espíritu, también podía encargarse de cuidar la salud corporal. En la India, como parte de un sistema integral y filosófico de vida, nace el Ayúrbeda (ayur = vida; veda = conocimiento). Los primeros textos datan de unos 2.500 años a.C., pero las sucesivas invasiones le fueron aportando nuevos conocimientos derivados fundamentalmente de las culturas persas y de los mongoles, quienes incorporaron las enseñanzas de Galeno y Avicena. En el siglo VII d. C. se crea la Universidad de Nalanda, donde miles de alumnos inician sus estudios Ayurvédicos.
 Uno de los documentos que aun se conserva es conocido con el nombre de Atharvaveda y hace mención auna planta denominada kushta (desconocida hasta la fecha) que sería útil para las cefaleas, inflamaciones oculares y dolores articulares. 
 La Charaka samhita escrita por el médico Charaka posiblemente antes del año 1000 a.C. listaba unos 500 remedios  botánicos principales que figura en la obra es la Rauwolfia serpentina, la cual se piensa que ya era utilizada hace unos 4.000 años para tratar las mordeduras de serpiente, la epilepsia y los desórdenes mentales.
 Posteriormente, la India fue invadida por los arios, quienes se apropiaron de estos conocimientos y otros más avanzados (cirugías estéticas, prótesis artificiales, etc.). Para la medicina Ayurvédica la enfermedad resulta de un desequilibrio entre el hombre (microcosmos) y su entorno (macrocosmos). Brinda un verdadero informe holístico ya que sus tratamientos son apropiados para el espíritu, el cuerpo y la mente.
 Para esta medicina existen 5 elementos: tierra, agua, fuego, aire y éter (fuerza etérea) los cuales deben equilibrarse con tres fuerzas primarias: prana (el aliento de la vida), agni (el espíritu de la luz o el fuego) y soma (indicativo de armonía, amor y bienestar). En cada individuo existirían centros de energía denominados Chakras (ubicados en diferentes sectores o vísceras del organismo), los cuales pueden ser tonificados a través de alimentos o hierbas medicinales.
 Por ejemplo, para el chakra del corazón sería útil el azafrán y la rosa; para el chakra del plexo solar (asociado con el hígado y la glándula suprarrenal) le sería útil el hidrastis y la melisa, etc. Entre las drogas más conocidas empleadas por los hindúes figuran el sándalo, la canela y el cardamomo.

2 oct 2013

Evolución histórica de la fitomedicina - Parte II

La fitoterapia en Egipto

 

  Plantas comunes como el ajenjo, ajo, beleño, coriandro, enebro, genciana, granado, hinojo, sen, tomillo etc., son mencionadas en papiros egipcios que se remontan al año 1900 a.C. En el bajorrelieve del templo de Tutmes II (1450 a.C.), expuesto en el Museo de Agricultura de El Cairo, se puede observar uno de los herbarios mas antiguos que se conoce grabado en granito, y que contiene esculpidas 275 plantas medicinales.
 Ya en tiempos de Ramsés III se hacía referencia a las virtudes del cáñamo para los trastornos oculares y a la amapola (adormidera) para tranquilizar a los niños que llo
raban mucho(referencias extractadas del papiro de Ebers correspondiente a la XVIII dinastía de Tebas). Este papiro constituye un documento de extraordinaria importancia y fue hallado en Luxor en el año 1873. Medía 20 metros de longitud y contenía, entre otras cosas, 870 prescripciones a base de mirra, flores de ciprés, aceite de castor, aceite de ricino, trementina, digital, dátiles, etc.
 Se encuentra escrito en un solo carácter de letra y su introducción corresponde a una plegaria de tipo mágico-religiosa. En el resto encontramos magníficas descripciones de patologías tañes como la angina de pecho, hernia inguinal, tumores ginecológicos, quemaduras, etc. Sin embargo, muchos términos no han podido ser descifrados o comprendidos hasta la fecha. Una receta extractada de este papiro para combatir enfermedades cardíacas dice: "...Colocar una cuarta parte de la harina de dátiles, 1/32partes de hojas de digital, 1/3 de planta de amamu, la mitad de la corteza de tebebu y otro tercio de levadura de cerveza. Hiérvase, cuélese y tómese durante 4 días." 
De acuerdo con la mitología egipcia, el arte de curar se remonta al Libro de Thot (dios de la escritura y la magia), y a la mujer-león Sekhmet (diosa de la salud). Cuenta la leyenda que en el libro de Thot, Hermes Trimegisto dejó el legado de su sabiduría. Este conocimiento sólo podía ser alcanzado por las castas sacerdotales y en completo acto secreto, por lo que al acto de transmisión de este secreto entre sacerdotes se le denominó "conocimiento hermético" en honor de Hermes Trimegisto (cuyo nombre significaba "tres veces sabio").
 Egipto constituye el paradigma del arte chamánico ya que aúna en un dogma religioso y en un cuerpo científico todos los conocimientos mágico-empíricos que anteriormente sólo cultivaban los chamanes. En otro orden de cosas, era común en Egipto que las parejas se casaran muy cerca de la pubertad, y llamaba la atención que la población no creciera en número considerable, lo que hizo pensar a muchos historiadores que ya en esa época s
e contara con métodos anticonceptivos.
 Se sostiene, con bastante asidero, que las mujeres consumían una planta llamada Silphium (hoy extinta), perteneciente al género Férula, la cual impedía a la mujer quedar embarazada.
 Hoy día se conocen algunas plantas emparentadas con este género las cuales presentan un componente activo común a todas ellas, llamado ferujol, que ha presentado altos índices de efectividad como anticonceptivo en ratas de laboratorio.
 Otro método egipcio para regular la natalidad recomienda "... Coge espigas de acacia seca, pulverízalas, y mezcla su polvo con pulpa de dátiles y miel. Impregna un trozo de algodón e insértalo en lo más profundo de la vagina...". Se deberá recordar que la acacia contiene una goma que al disolverse forma ácido láctico, el cual ha formado parte de muchos preparados anticonceptivos modernos. Incluso, algunos papiros estaban formados por una mezcla de savia de acacia, fibras vegetales y miel, las cuales in vitro han demostrado propiedades espermicídas. Otro remedio muy utilizado por los egipcios era el pan enmohecido que utilizaban contra las infecciones urinarias y heridas supuradas (primeras evidencias de la antibioticoterapia).