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14 nov 2012

ANTICANCERIGENOS-ALIMENTOS SUPERIORES

          Explicada la implicación del sulforafano en la estimulación de las enzimas detoxificadoras fase II y su capacidad antioxidante indirecta, y enumerados sus más que numerosos nutrientes suponemos que al lector le será sencillo comprender las razones por las que a este compuesto propio en algunas plantas superiores del reino vegetal – pero especialmente del brócoli – se le atribuyen tan numerosas propiedades; además a esa actividad terapéutica se suma la propia del resto de sus nutrientes.
            Por eso la literatura científica no tiene reparos en afirmar hoy que estas verduras : - P R E V I E N E N    E L    C Á N C E R -
            Como dijimos antes, los sorprendentes resultados sobre esta sustancia han llevado a numerosos expertos a colocar al brócoli – y por extensión a algunas plantas superiores del reino vegetal – a la cabeza del listado de los vegetales considerados anticancerígenos.
              Y, es que gracias a esos mismos trabajos de investigación, se sabe que su capacidad para combatir el cáncer no se debe sólo a su capacidad de modular las enzimas de fase I y II , sino a que también tiene actividad antiinflamatoria, antibacteriana y antiviral además de inducir la apoptosis selectiva de las células cancerosas, inhibir la formación de nuevos vasos sanguíneos que puedan alimentar al
tumor y provocar el paro del ciclo celular al evitar la división en las líneas celulares cancerígenas en cánceres de colon, próstata, vejiga, páncreas, mama, leucemia, etc.
                 De hecho, el cáncer de mama, fue el primero que abordaron el doctor Talalay y sus colaboradores; En 1994, estos expertos comprobaron que el sulforafano bloqueaba la formación de tumores mamarios en ratas a las que se les había inoculado un potente carcinógeno y así lo publicaron en Proceedings of the National Academy of Sciences.
                   “No sólo disminuyó en un 60% el número de animales que desarrollaron un tumor, sino que la cantidad de tumores en cada uno de ellos se redujo en un 80% y el tamaño de las tumoraciones desarrolladas era un 75% inferior”
                   En cuanto al cáncer de vejiga, investigadores del Instituto Oncológico Roswell Park ( Estados Unidos ) publicaron en el año 2008, resultados de un estudio llevado a cabo sobre ratones, según el cual extractos concentrados de brócoli seco y congelado, frenarían el desarrollo de tumores de vejiga y eliminarían la progresión tumoral en más del 50% de los casos.
                    Según Yuesheng Zhang, autor principal del estudio, “los efectos positivos provienen en parte de los isotiocianatos ( el principal de los cuales es el sulforafano ), un grupo de fitoquímicos de los que ya se conocen algunas propiedades anticancerígenas “, añade, que el brócoli fresco cuenta con 30 veces más isotiocianatos que el que ha madurado y que el – col y repollo – también tienen estas propiedades.
                     Al sulforafano, se le atribuye además un efecto protector frente a cánceres de pulmón (según investigaciones, el consumo habitual de verduras que lo contengan,  podría reducir en forma importante, la aparición de tumores pulmonares entre personas fumadoras ), endometrio, útero, estómago o hígado. De hecho, el primer ensayo clínico realizado con sulforafano sobre humanos, se realizó para comprobar su capacidad preventiva sobre el cáncer hepático. Los resultados de esta investigación, realizada  por un equipo de científicos del Instituto Qidong sobre el Cáncer de Hígado y de la Universidad de Shangai Jiao Tong ( ambos en China ), trabajaron en colaboración con la Escuela de Medicina de la Universidad John Hopkins, la Escuela Bloomberg de Salud Pública y la Universidad de Minnesota ( todas en Estados Unidos ) se publicaron en 2005 y demostraban que los brotes de brócoli pueden ayudar al cuerpo a detoxificar los carcinógenos lo que reduce el riesgo de desarrollar cáncer y, en concreto, cáncer de hígado.      
                     Este estudio doble ciego – el primero, insistimos, que constaba que el brócoli ayuda a prevenir el cáncer en humanos – se llevó a cabo sobre 100 personas de la provincia  china de Jiangsu, una zona rural donde la incidencia de cáncer de hígado es extremadamente alta por  el consumo de cereales contaminados con moho que produce aflatoxina, poderoso carcinógeno que se une al ADN y hace aumentar considerablemente el riesgo de desarrollar cáncer hepático.-

                                                       Andrés Acosta
                                                       Grupo Labeco


27 ago 2012

LOS ANTIOXIDANTES (Parte III): Alimentos que los contienen

Habíamos visto que los antioxidantes son un grupo de vitaminas, minerales y otros compuestos de origen vegetal y enzimas que “bloqueaban” la acción de los llamados radicales libres.

Es aconsejable que llevemos una dieta equilibrada y variada en la cual se incluyan toda clase de frutas y verduras, aquí les brindamos algunas pautas acerca de los contenidos de los alimentos y dónde encontrarlos, además de enumerar algunos de los beneficios de su consumo.

VITAMINAS

VITAMINA C:

OBJETIVO:
estimular el sistema inmunitario, proteger las Arterias, prevenir el cáncer, enfermedades pulmonares y catarátas.

¿DONDE ESTA?

  • FRUTAS: lima, limón, naranja, kiwi
  • VERDURAS: tomates, verduras de hojas verdes, tales como espinacas, perejil, repollo, coliflor, chile dulce, pepino, lechuga.


VITAMINA E:

OBJETIVO:
es uno de los suplementos vitamínicos fundamentales para combatir el envejecimiento.
Se encarga del bloqueo del colesterol malo y otros lípidos perjudiciales que engrosan y endurecen los vasos sanguíneos por dónde debe fluir libremente la sangre, evitando el deterioro arterial y previniendo infartos.
Previene el cáncer, aumenta las defensas del organismo y también protege nuestro cerebro de enfermedades degenerativas.

DONDE ESTA?
En aceites vegetales: oliva, girasol, maíz, soja, en frutos secos (nueces), cereales y semillas (girasol, sésamo).
Se dice que el aceite de oliva virgen extra tiene más vitamina de la necesaria para evitar su oxidación, por ello es una estupenda fuente de vitamina A.
Los aceites de semillas prensados en frío.
Papas frescas, apio, repollo, frutas, chile dulce, pollo y pescado.

VITAMINA A:
Es un importante componente de la llamada púrpura visual de la retina, si hay carencia de esta vitamina la capacidad para ver con luz tenue se ve muy reducida y se denomina “ceguera nocturna”, cumple un papel primordial en la prevención de catarátas.
Es beneficiosa también en relación a procesos de envejecimiento y procesos inflamatorios.

DONDE ESTA?:
en la mantequilla ligera, los huevos, la leche descremada, y la carne (especialmente el hígado) y en algunos pescados.
Se encuentra también en las verduras de color verde y rojo-anaranjado-amarillento (calabazas, zanahorias, espinacas, etc.), y en frutas como las cerezas y los melones.

PRECAUCIONES: hay que poner especial atención con la hipervitaminosis.
Beta-caroteno no es conveniente administrar a fumadores.
Personas con hipertiroidismo y diabetes deberían evitarlo porque no convertirían el Beta-caroteno en Vitamina A.

MINERALES:
Son necesarios para la síntesis de enzimas antioxidantes internas.

SELENIO:
Mineral con función antioxidante que ayuda a reforzar y fortalecer el sistema inmunológico.
Minimiza el riesgo de tumores de hígado, colon, piel, mama.

Presente en: carne vacuna, pollo, pescados, mariscos, cereales, nueces, ajo, huevos, frutas y verduras.









ZINC:
Favorece la renovación celular, participa en la lucha de los radicales libres y en la síntesis de enzimas, interviene en el sistema inmunológico, favorece el estado general de la piel y mucosas (otorgando elasticidad y tonicidad).

Presente en:
carnes y vísceras, pescados, ostras, en las partes oscuras del pollo, huevos, legumbres, cereales integrales, en frutas secas (nueces, almendras, maní, avellanas).
Infusiones de té verde (antigua bebida que se consumía en China y Japón) considerada como alargador de la salud o “elixir”, té de kombucha (también utilizado como desintoxicante y con efectos adelgazantes), importante, preparar la infusión apenas al romper el hervor, de lo contrario, el agua hervida quita propiedades.

COBRE:
Potencia el sistema inmunológico, participa en la formación de enzimas, proteínas y neuro-transmisores cerebrales, es además un agente antiinflamatorio y antiinfeccioso.
Facilita la síntesis de elastina y colágeno (necesarios para el buen estado de los vasos sanguíneos, de los cartílagos, pulmones y piel) actúa además como antioxidante protegiendo las células de los efectos tóxicos producidos por los radicales libres y facilita la fijación de calcio y fósforo en nuestro organismo.

Presente en:
hígado, mariscos, pescados, cereales y vegetales de hojas verdes.

MAGNESIO:

Frutos secos (almendras, avellanas, nueces), cereales y legumbres.

OTROS ELEMENTOS

COENZIMA Q 10: Papel fundamental en la producción de energía en la mitocondria celular.
Presente en: pescados azules, sardinas, caballa, vísceras (hígado, corazón, riñones), en carnes, en aceite de soja.

BIOFLAVONOIDES: Ingresan al organismo consumiendo frutas y verduras de todos los colores, es decir: verdes, rojas, moradas y blancas.

ANTIOCIANINAS: Ligadas al color morado de frutas y verduras, vale decir arándanos, moras, col mora, granada, fresas y cerezas.

TIOLES: Compuestos azufrados que favorecen también éstos la producción interna de enzimas antioxidantes.
Presentes en: ajo, puerros, cebollas, brócolis, coles.

CATEQUINASA: Variedad de flavonoides que contiene el té verde.

ISOFLAVONAS: Estrógenos vegetales que se encuentran presentes en la soja, semillas de lino, y vegetales. Tienen efecto preventivo sobre el cáncer de mama. Así pues, en resumidas cuentas, llevemos una dieta balanceada de consumo de frutas y vegetales, pescado, pollo (si es de granja mejor), cereales variados y frutos secos si la estación lo permite, no abusemos de suplementos alimenticios que contengan antioxidantes, recordemos que los excesos son malos. Procuremos evitar el consumo de tabaco y seamos moderados con el consumo de alcohol, así prolongaremos nuestra salud y bienestar.

Lorena Lecuna

LOS ANTIOXIDANTES (parte II): RADICALES LIBRES Y OXIDACION


La respiración que se produce en presencia de oxígeno y que es vital para nuestra vida y la de la vida celular, trae como consecuencia al producción de esas moléculas llamadas Radicales Libres, éstos a lo largo y durante el transcurso de la vida nos traen efectos negativos, ya que poseen la capacidad de alterar el ADN (es decir los genes), los lípidos y las proteínas.

En el cuerpo humano, como bien sabemos, hay células que se renuevan constantemente, tal es el caso de nuestra piel, y otras que no se renuevan como las neuronas.

Cómo hemos visto anteriormente, con el paso de los años, los radicales libres pueden producir alteraciones genéticas aumentando el riesgo de padecer cáncer y reduciendo la capacidad de renovación celular.

Hay cosas que favorecen la producción de los radicales libres, por ejemplo, el tabaquismo, las dietas ricas en grasas, la práctica intensa de ejercicios, la contaminación ambiental, las sobreexposiciones solares.

ANTIOXIDANTES VERSUS RADICALES LIBRES

Se han realizado muchos estudios en cuanto al papel que juegan los antioxidantes en distintas patologías tales como: patologías cancerosas, alteraciones cardiovasculares, alteraciones nerviosas, sida, etc.

En su gran mayoría los estudios se han basado fundamentalmente en: Vitamina E, C, Beta-carotenos, selenio, zinc, flavonoides.

La relación directa entre antioxidantes y enfermedades cerebrovasculares y cardiovasculares están fehacientemente demostradas.

La modificación del llamado “colesterol malo” LDL es el que desempeña el papel principal, ya que inicia el desarrollo de la arterosclerosis (engrosamiento y endurecimiento de los vasos sanguíneos debido al depósito graso en sus paredes) la cual impide el pasaje fluído de la sangre.

Los antioxidantes pueden “bloquear” radicales libres que modifican el LDL (colesterol malo) y así se reduce el riesgo cardiovascular.

¿Deberíamos entonces pensar que los antioxidantes sólo nos aportan ventajas?


A pesar de la ingesta de alimentos ricos en propiedades antioxidantes, ello propicia la disminución y riesgo a padecer ciertas patologías, sin embargo, no modifica el deterioro normal propio de la vejez y tampoco nos asegura la longevidad.

El consejo más apropiado entonces es: procurar tener una alimentación variada y equilibrada que incluya vegetales y frutas varias, y no abusar de alimentos ni suplementos enriquecidos con antioxidantes, sino más bien, como dice el dicho: “ todo en su justa medida”.

ANTIOXIDANTES: DEPURATIVOS DE NUESTRO CUERPO

El consumo de antioxidantes es primordial para la limpieza de nuestro organismo.

A quien no le ha sucedido de pasar por largas temporadas de desgano, cansancio continuo, agotamiento casi total, hay alimentos que nos ayudan a combatir ese estado de ánimo.

Por ejemplo: Las cerezas nos permiten depurar el organismo, también contribuyen con nuestras articulaciones y cooperan también con las personas que padecen de ácido úrico.

El pepino porta silicio lo cual no aporta elasticidad a la piel, por ello son tan conocidas las máscaras faciales que dejan como resultado la piel tersa, humectada y suave.

Otros aportes los proporcionan los arándanos rojos, el té verde y té blanco (tan populares en China), vino tinto (un vasito diario, no abusar), frutos rojos en general, y kiwis entre otros.

Lorena Lecuna

LOS ANTIOXIDANTES (Parte I): Introducción


Muchas veces hemos oído hablar en los medios de información insistiendo en las bondades de los productos alimenticios enriquecidos con vitaminas y los posibles beneficios para nuestra salud en la implacable “lucha contra la oxidación” del organismo (es decir, ante ciertas enfermedades o frente al envejecimiento).

¿Qué son los antioxidantes?


Son moléculas, principalmente vitaminas y oligoelementos que intervienen en funciones vitales como: la respiratoria, digestiva, neurovegetativa, muscular, ayudando a regular y equilibrar.

Son sustancias que presente a bajas concentraciones respecto a las de un sustrato oxidable (biomoléculas) retarda o previene su oxidación.

El antioxidante al chocar con el radical libre cede un electrón, se oxida y se transforma en un radical libre débil No Tóxico, nuestro organismo posee su propio ejército de antioxidantes, en generaciones pasadas estos sistemas de defensa eran suficientes pero hoy en día, debido a nuestro entorno (sobre todo a la contaminación ambiental) ya no es el caso.

Los sistemas de defensa de nuestro cuerpo necesitan aliados adicionales.

Los antioxidantes se encuentran en forma natural en nuestro organismo (endógenos), y en ciertos alimentos (exógenos), pudiendo bloquear la acción oxidativa de los radicales libres y evitar daños.

Estas sustancias ingresan a nuestro organismo mediante la vía de alimentos.

Para entender esta reacción en su totalidad debemos saber:

¿Qué son los radicales libres y qué producen en nuestro organismo?

Son moléculas llamadas “desequilibras” con átomos que poseen un electrón el cual tiene la capacidad de aparearse y por ello son muy reactivos.

Estos radicales libres van recorriendo nuestro organismo procurando capturar un electrón de moléculas estables cuyo fin es lograr su propia estabilidad electroquímica y provocando reacciones destructoras en cadena de nuestras células.

Es así que los antioxidantes “entran en acción” retrasando el proceso de envejecimiento, combatiendo la degeneración y muerte de nuestras células provocadas por los radicales libres.

Nuestro cuerpo es incapaz de neutralizar estos radicales libres y a ellos nos exponemos prácticamente a diario, es así que debemos obligarnos a ingerir alimentos que posean propiedades antioxidantes los cuales sí poseen capacidad de neutralización.

Los radicales libres son moléculas que, como ya dijimos, produce nuestro organismo y que en determinadas cantidades y estando bajo cierto “control” que ejercen sobre ellos los antioxidantes, permiten que podamos defendernos y protegernos de bacterias, virus, etc.

La exposición al humo del tabaco, el stress cotidiano, la contaminación ambiental, ciertos medicamentos, excesos de grasas (de origen animal), y aceites cocidos (principalmente fritos), pueden llegar a producir mayor cantidad de radicales libres y al estar fuera de control, comienzan a atacar y dañar las células de nuestro organismo convirtiéndolas en nuevos radicales libres (produciendo reacción en cadena).

Cuando estos radicales dañan nuestras células, nuestra piel pierde tersura y se va tornando reseca y arrugada, también produce daño en los glóbulos blancos (que son los encargados de nuestras defensas) y así se va debilitando paulatinamente nuestro sistema inmunológico.
Tal degeneración de tejidos hace al cuerpo proclive al desarrollo de tumores de distinta índole (cáncer de mama, útero, de próstata, de pulmones, estómago entre otros), también estamos más propensos a enfermedades relacionadas con el mal de Alzheimer, artritis, etc.

Los antioxidantes son entonces, esas sustancias que ayudan a neutralizar (ponen de cierta forma un Stop) a los radicales libres protegiendo así a las células, se mejora nuestra capacidad inmunitaria, se retrasa el envejecimiento de la piel.

Forman una barrera o protección contra el cáncer, también contra enfermedades cardíacas de diversa índole, ya que protegen las paredes de las arterias haciendo que la sangre fluya libremente, mejorando la calidad de vida.

Lorena Lecuna

20 ago 2012

El poder de los antioxidantes y su modo de acción.

Habitualmente el oxigeno se encuentra en su forma mas estable O2, poro reactivo, sin embargo, por reacciones puramente químicas, acciones enzimáticas, o por efecto de las radiaciones ionizantes, se pueden producir una serie de especies químicas o sustancias prooxidantes (moléculas o radicales libres altamente reactivos) que son capaces de dar lugar a múltiples reacciones con otros compuestos presentes en el organismo, que llegan a producir daño celular. Por lo tanto si bien el oxigeno es imprescindible para el metabolismo y las funciones del organismo, no se puede olvidar los muchos efectos tóxicos que posee. El daño celular producido por las especies reactivas del oxigeno ocurre sobre distintas macromoléculas: lípidos, proteínas y ADN.

Los radicales libres se generan a nivel intercelular y extracelular, existen algunas circunstancias en que también se producen radicales libres como: dieta hipercalórica, dieta insuficiente en antioxidantes, procesos inflamatorios y traumatismos fenómenos de isquemia y reperfusión, ejercicio extenuante.

El sistema de defensa antioxidante esta formado por un grupo de sustancias que están en baja concentración respecto al sustrato oxidable, (como se pueden considerar a casi todas las moléculas orgánicas e inorgánicas que se encuentran en las células vivas). Los antioxidantes impiden que otras moléculas se unan al oxigeno, al reaccionar-interactuar más rápido con los radicales libres del oxigeno y las especies reactivas del oxigeno que con el resto de las moléculas presentes, en un determinado microambiente, membrana plasmática, citosol, núcleo o liquido extracelular.

La acción del antioxidante es de sacrificio de su propia integridad molecular para evitar alteraciones de moléculas-lípidos, proteínas, AND, etc.- funcionalmente vitales o mas importantes. Su acción la realiza tanto en medios hidrofilitos como hidrofobitos. Actúan como eliminadoras, con el objetivo de mantener el equilibrio prooxidante/antioxidante a favor de estos últimos.

Los antioxidantes exógenos actúan como moléculas suicidas, ya que se oxidan al neutralizar al radical libre, por lo que la reposición de ellos debe ser continua, mediante la ingestión de los nutrientes que los contienen o de productos antioxidantes como GREEN SAP.

Se recomienda la ingesta de antioxidantes en los siguientes casos: Antecedentes hereditarios de enfermedad arteriosclerótica  o tumoral, tabaquismo, hipertensión arterial. Prevención primaria de dislipidemia, diabetes, obesidad, sedentarismo, estrés y menopausia. Prevención secundaria de angina de pecho, afección vascular periférica, enfermedad cerebrovascular, antecedentes de infarto, técnicas de revascularización previas (bypass, angioplastia, terapias trombolíticas), cataratas incipientes. Displastias mamarias, cáncer, infertilidad masculina y enfermedades neurodegenerativas. Envejecimiento celular.