Uno de los mayores desafíos de la era moderna es poder a
largo plazo alimentar a una población mundial en constante crecimiento.
Para ello deberían incrementarse significativamente los rendimientos de
la producción agraria mundial, las nuevas tecnologías y los modernos
procesos de selección pueden desempeñar un importante papel en la
superación de estos retos.
La escasez del suelo y
de alimentos será cada vez mayor. En el año 2025 cada hectárea de
tierra cultivable deberá alimentar a cinco personas, cuando en 1960
alimentaba solamente a dos.
Las consecuencias del
cambio climático afectan a los agricultores de todo el mundo y un
calentamiento medio global de algunos grados puede desencadenar graves
fenómenos atmosféricos. Puede verse como las heladas, el granizo, las
olas de calor o la repentina ingestación por una plaga destrozan de la
noche a la mañana la cosecha de un año. Sumando las sequías y las
inundaciones, la elevación del nivel del mar y la salinización
correspondiente de las aguas subterráneas, se entenderá por qué en
algunas partes del mundo, y pese a realizar la mejor labora agrícola
posible, los agricultores pierden a veces entre el 30 y el 70 por ciento
de sus cosechas.
La ONU
pronostica que la población mundial pasará de los 6.700 millones de
habitantes actuales a más de 9.000 millones en el 2050. Además, el
aumento del nivel de vida hace que crezca el consumo de carne, lo que
conlleva un incremento en la cantidad de cereales destinados a piensos
y, por lo tanto no disponibles directamente para la alimentación humana.
El
aumento de la demanda de maíz y otros cereales para la producción de
piensos modificará decisivamente el uso de las superficies de cultivo;
además, los cultivos también pueden contribuir de forma importante a
cubrir las necesidades de energía, en constante aumento.
En
el ámbito científico, y también en la prensa, se debate sobre el modo
de evitar ls problemas de abastecimiento alimentario derivados del uso
de cultivos para la producción de biocombustibles en lugar de alimentos.
La producción de alimentos puede aumentarse
incrementando la superficie cultivable total o bien el rendimiento por
hectárea. La primera opción plantea dificultades, porque el potencial de
nuevas tierras cultivables es muy limitado en todo el mundo; más aún,
en muchos países la superficie disponible para el cultivo está
disminuyendo por la escasez de agua, la erosión del suelo y la
desertización, problemas que serán agravados debido al cambio climático.
La
modificación del clima provocará cambios significativos en la
agricultura mundial si no se desarrollan nuevas variedades de cereales
tolerantes al calor y a la sequía, así como sistemas de regadío más
eficientes.
¿Cómo producir más alimentos con
menos superficie cultivable, y en condiciones ambientales cada vez más
difíciles, a fin de responder al crecimiento de la demanda? Es notorio
que se necesita urgentemente un nuevo aumento de la productividad de los
cultivos. En la década del 60, la llamada “revolución verde” incrementó
notablemente la producción gracias a la selección de nuevas variedades
de trigo y arroz de alto rendimiento, el aumento de la mecanización y a
las mejoras en el control de plagas y fertilización de los suelos.
Hoy
es considerada urgente una segunda revolución verde, para mejorar la
cantidad y calidad de los cultivos de modo duradero utilizando la menor
cantidad de agua, fertilizantes y productos fitosanitarios.
Muchos
especialistas en plantas creen que el empleo de la moderna
biotecnología con las plantas de cultivo, con métodos de selección
molecular e ingeniería genética, puede contribuir decisivamente a esos
objetivos.
Actualmente los principales cultivos
comerciales modificados genéticamente se seleccionan para que sean
resistentes a los herbicidas o a los insectos, pero el uso de la
ingeniería genética para mejorar las plantas de cultivo ofrece
posibilidades muy amplias. A corto plazo será posible mejorar la
resistencia a hongos y virus patógenos de diversas especies de plantas. A
más largo plazo podrían mejorarse la fijación de nitrógeno y el
rendimiento de la fotosíntesis.
Uno de los
mayores riesgos para la agricultura es la escasez de agua, que supone la
causa mas frecuente de falta de alimentos en los paises en vías de
desarrollo. Los expertos en selección vegetal aplican métodos
convencionales para desarrollar plantas más resistentes a condiciones
ambientales adversas: cruzan las variedades y seleccionan los
descendientes según su capacidad. Pero este sistema no basta: la
biotecnología vegetal ofrece, con diferencia, el mayor potencial de
mejoras futuras. Permite identificar genes importantes implicados en el
aprovechamiento del agua y la tolerancia a la sequía y modificar uno o
varios de esos genes para obtener los rasgos deseados.
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21 ago 2012
Biotecnología Vegetal
La biotecnología es una interesante herramienta para aumentar enormemente la productividad, la calidad y la sustentabilidad ambiental de la actividad agrícola y pecuaria, así como potenciar la protección y preservación del patrimonio genético del país e incursionar en nuevas áreas, como la biomedicina.
La biotecnología de plantas abarca campos muy variados; se comercializan plantas resistentes a enfermedades o plagas, reduciéndose la necesidad del uso de pesticidas agroquímicos; también se han diseñado plantas resistentes a sequías y temperaturas extremas, o aptas para crecer en suelos ácidos y/o salinos, o resistentes a herbicidas, lo que permite eliminar malezas sin afectar el cultivo; además, se ha diseñado variantes con una capacidad mayor para fijar nitrógeno, lo que reduce el uso de fertilizantes. Una de las aplicaciones más demandada de la biotecnología vegetal es la mejora de la calidad nutricional, generando alimentos enriquecidos en aminoácidos, vitaminas, minerales o determinados ácidos grasos. Por último, cabe destacar las modificaciones realizadas para obtener cosechas más tempranas regulando la velocidad de maduración de frutos; esto permite un proceso de postcosecha y transporte de más larga duración sin que lleguen los alimentos al consumidor en estados avanzados de madurez.
Las cosechas resistentes a plagas ha sido una de las aplicaciones más exitosas de la ingeniería genética en la agricultura, ya que reducen considerablemente los riesgos y los costes derivados de la utilización de pesticidas. Además, esta tecnología ofrece protección individual a la planta transgénica, biodegradabilidad del compuesto e independencia de las condiciones climáticas en su efectividad.
La biotecnología
La biotecnología es un enfoque multidisciplinario que involucra varias disciplinas y ciencias, en términos generales biotecnología es el uso de organismos vivos o de compuestos obtenidos de organismos vivos para obtener productos de valor para el hombre.
Ha sido utilizada por el hombre desde los comienzos de la historia en actividades tales como la preparación del pan y de bebidas alcohólicas o el mejoramiento de cultivos y de animales domésticos.
Procesos como la producción de cerveza, vino, queso y yogurt implican el uso de bacterias o levaduras con el fin de convertir un producto natural como leche o jugo de uvas.
Un ejemplo sencillo es el compostaje, el cual aumenta la fertilidad del suelo permitiendo que microorganismos del suelo descompongan residuos orgánicos. Otras aplicaciones incluyen la producción y uso de vacunas para prevenir enfermedades humanas y animales. En la industria alimenticia, la producción de vino y de cerveza se encuentra entre los muchos usos prácticos de la biotecnología.
El creciente interés que en los últimos años ha despertado la biotecnología, tanto en los medios académicos como en la actividad económica, se ha traducido, entre otras cosas, en una proliferación de definiciones. Esta relativa abundancia es reflejo, por un lado, del carácter multidisciplinario de la biotecnología (Microbiología, Ingeniería Química, Bioquímica y Química) y, por el otro, de la dificultad que existe para fijar estrictamente sus límites. Todas las definiciones tienen en común que hacen referencia al empleo de agentes biológicos y de microorganismos.
Ha sido utilizada por el hombre desde los comienzos de la historia en actividades tales como la preparación del pan y de bebidas alcohólicas o el mejoramiento de cultivos y de animales domésticos.
Procesos como la producción de cerveza, vino, queso y yogurt implican el uso de bacterias o levaduras con el fin de convertir un producto natural como leche o jugo de uvas.
Un ejemplo sencillo es el compostaje, el cual aumenta la fertilidad del suelo permitiendo que microorganismos del suelo descompongan residuos orgánicos. Otras aplicaciones incluyen la producción y uso de vacunas para prevenir enfermedades humanas y animales. En la industria alimenticia, la producción de vino y de cerveza se encuentra entre los muchos usos prácticos de la biotecnología.
El creciente interés que en los últimos años ha despertado la biotecnología, tanto en los medios académicos como en la actividad económica, se ha traducido, entre otras cosas, en una proliferación de definiciones. Esta relativa abundancia es reflejo, por un lado, del carácter multidisciplinario de la biotecnología (Microbiología, Ingeniería Química, Bioquímica y Química) y, por el otro, de la dificultad que existe para fijar estrictamente sus límites. Todas las definiciones tienen en común que hacen referencia al empleo de agentes biológicos y de microorganismos.
Biotecnología verde: es la biotecnología aplicada a procesos agrícolas. Un ejemplo de ello es el diseño de plantas transgénicas capaces de crecer en condiciones ambientales desfavorables o plantas resistentes a plagas y enfermedades. Se espera que la biotecnología verde produzca soluciones más amigables con el medio ambiente que los métodos tradicionales de la agricultura industrial.
Biotecnología Vegetal
Con las técnicas de la biotecnología moderna, es posible producir más rápidamente que antes, nuevas variedades de plantas con características mejoradas, produciendo en mayores cantidades, con tolerancia a condiciones adversas, resistencia a herbicidas específicos, control de plagas, cultivo durante todo el año. Problemas de enfermedades y control de malezas ahora pueden ser tratados genéticamente en vez de con químicos.
La creación o elaboración de este tipo de alimentos depende del nivel de desarrollo del país, de los intereses políticos del mismo y del grado de presión que ejerzan las grandes industrias privadas del sector.
La creación o elaboración de este tipo de alimentos depende del nivel de desarrollo del país, de los intereses políticos del mismo y del grado de presión que ejerzan las grandes industrias privadas del sector.
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